"(...) Y AHORA, LA ULTIMA IMAGEN: EN EL PUÑO UNA ROSA; EL PUÑO PARA EL COMBATE, LA ROSA PARA LA FELICIDAD"



21/5/11

NOSOTROS Y ELLOS



Álvaro Díez Cárcamo
D.E.A. Historia Contemporánea


En unos días se celebrarán en nuestra Comunidad Autónoma elecciones para elegir a los alcaldes, concejales y diputados de nuestra región y, no hay que olvidar, estamos hablando de elecciones en La Rioja, no se trata, pues, de una consulta electoral general, a nivel nacional, ni es, por lo tanto, una prueba para intentar probar el ansia de los ciudadanos españoles por ese supuesto cambio de gobierno que, un partido político concreto, se hace eco día sí, día también de su necesidad. En esta consulta lo que debe de primar es el interés de nuestra región, de esta, nuestra comunidad autónoma, de sus ciudadanos, independientemente de su signo, ideología política, por encima de pretensiones personales, de gobiernos eternos o de sumisión a intereses de esta tierra, que debe de saber vivir más allá del vino y de la lengua, iconos de una región, pero no los únicos, por más que algunos se empeñen en ocultar las grandezas y posibilidades que esta comunidad puede ofrecer.

Lo que parece claro en estos días de campaña electoral es que se pierden mucho las formas. Se recurre al insulto, a faltar al respeto, a la descalificación de las personas y, por ende, de todos los ciudadanos que, en esta forma de gobierno que llamamos democracia, hemos designado a aquellos que pensamos van a velar por nuestros intereses, no por los de un signo o color político concreto. No existe un intercambio de opiniones ni de ideas, no hay debate público sobre propuestas, quizás por miedo al oponente, quizá por que esas ideas no existan y lo más sencillo sea menospreciar al rival, alterar a los votantes haciendo ver que el mal son los otros y que su partido es el llamado a solucionar los problemas. Cuan ciegos estamos muchas veces los ciudadanos.

Uno de los valores principales de la democracia es la alternancia política, tan necesaria como la validez de sus políticos y la transparencia de sus actos. No hay que escudarse en que uno está en el poder por los votos de los ciudadanos, ya que los intereses de esos votantes no son los mismos cada vez y hay que oxigenar el gobierno, dando paso a nuevas ideas, nuevas formas de entender el mundo global en el que vivimos, que evoluciona casi minuto a minuto y que poco o nada tiene que ver con el de hace 20 años. Sin esa alternancia la sociedad se estanca, se convierte en apática, no participa, pues carece de la emoción de un posible cambio, lo que nos lleva a no evolucionar, a contentarnos con lo que tenemos. Eso debe de cambiar, es necesario avanzar, por y para todos, eso es una máxima que debe de estar presente en la ideología de cualquier político, se gobierna para todos los ciudadanos, aunque eso signifique una pérdida de votos de los suyos, pero debe primar el interés global por encima del personal.

No es lo mismo gobernar durante 20 años, incumplir promesas o dar palabra de cosas que luego no se hacen, ya que ha habido tiempo de sobra para poder hacerlo. Cuatro años de legislatura es poco tiempo para hacer realidad algunos de los compromisos que se ofertan en la campaña electoral, más aún, cuando no se cuenta con el apoyo del principal grupo de la oposición, más pendiente de criticar lo que se hace o no se hace que de ofrecer alternativas, pensando en los votos de los suyos antes que en el bienestar de todos. Eso tendría que ser inviable e incomprensible en nuestra sociedad pero es la realidad con la que vivimos.

Hay que dar margen a los políticos para que puedan cumplir con sus promesas y, en el caso de que en dos legislaturas, tiempo suficiente para que se puedan desarrollar sus propuestas, éstas no se hayan cumplido o se hayan sustituido por otras, entonces, la grandeza de la democracia, a través de estas consultas, permitirá sustituirles por otros o darles un mayor margen de maniobra. Pero los políticos deben de poner de su parte, acercarse a los ciudadanos, escuchar sus propuestas, oír sus quejas, velar por sus intereses, anteponer el interés general por encima de consignas, idearios o siglas políticas.

El día 22 de mayo los riojanos tenemos esa posibilidad. Valorar lo que se ha hecho, obviando publicidades y panfletos catastrofistas, que juegan con la idea del miedo como un recurso para obtener el voto, obviando sus propuestas, crucificando al otro y apareciendo como el único salvador de los males de la Comunidad. Quizá un voto de confianza y un cambio de signo sean, ahora, más que nunca necesarios. Dar paso a nuevos enfoques y permitir que lo que se empezó hace 4 años pueda continuar, ya que es la única forma de poder ofrecer cierto margen de serenidad y tranquilidad, pues los cambios continuos de gobierno son síntomas de debilidad y de falta de confianza, lo que genera apatía y una sociedad poco participativa.

Como dice el comienzo de una canción de Warcry: “Una boca y dos oídos no les parece señal, lo primero es escuchar y luego hablar, empecinados en que sólo debe haber una opinión, el primero de los sentidos es la razón (…)”. No olvidemos las palabras del profeta Mahoma: "Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro".



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