"(...) Y AHORA, LA ULTIMA IMAGEN: EN EL PUÑO UNA ROSA; EL PUÑO PARA EL COMBATE, LA ROSA PARA LA FELICIDAD"



21/5/11

EDUCACIÓN Y DEMOCRACIA



Álvaro Díez Cárcamo
D.E.A en HISTORIA CONTEMPORÁNEA

De un tiempo a estos días, han sido varios los países que han decidido dar un vuelco en su forma de vida, de dejar atrás el yugo de la dictadura que les ha mantenido en un clamoroso silencio durante décadas, de intentar cambiar y vivir de manera digna, con sus costumbres y su forma de vida, pero alejados de un modelo de gobierno que los oprimía y los ha oprimido durante años. La cuestión es por que ahora, es decir, cual ha sido el motivo por el que estos países han decidido ahora dar un paso al frente y enfrentarse a aquellos dirigentes, dictadores, que han hecho de su país, su pedanía particular, sin importarles lo que les sucede a sus conciudadanos. Quizás el uso de Internet, o de las nuevas tecnologías, en el caso de poder contra con ellas o que estas no sean censuradas por el poder autoritario; quizás la globalización y la llegada de nuevas ideas, de nuevas formas de ver y entender la vida, han sido las excusas perfectas y anheladas para comenzar estas revueltas.

Si bien es cierto que con estos procesos se ha puesto de manifiesto que la voz callada del pueblo, una vez que decide unirse, es mas poderosa que las armas, han sido muchos los muertos, la sangre derramada, las oportunidades perdidas que se han ocultado bajo unas falsas promesas de apertura. En pleno siglo XXI hay países que siguen viviendo como en el medioevo, sometidos al poder y la decisión de un dictador, que aprovecha el analfabetismo de los suyos para mantenerse en el poder. Ante tal barbaridad, las grandes potencias mundiales están pretendiendo ayudar a estas naciones, lo que no esta mal, siempre y cuando se trate de ayudar, nunca, digo nunca, imponer. Ya que, no sirve de nada cambiar a un dictador por una imposición democrática, por mucha democracia que se les pueda vender.

Es loable que las potencias intenten prestar su ayuda a estas naciones, pero no debe ser en un intento de venderles los aspectos positivos de la democracia, ya que no conocen lo que ello significa, no han tenido jamás la oportunidad de disfrutar de ese término, de vivir bajo el amparo de una democracia con mayúsculas. Muchos de estos hombres, mujeres y niños no necesitan que se les diga lo que es la democracia y lo bueno que va a ser para ellos, pues están acostumbrados a falsas promesas que no han llevado a nada. Lo primero, no fundamental, aquello por lo que las grandes potencias debieran estar peleando, es por ofrecerles educación, por formarles, por erradicar, en la medida de lo posible, ese creciente e inexorable analfabetismo que es el caldo de cultivo del que se han aprovechado los dictadores y gobernantes de esos estados.

Las revueltas son un claro ejemplo de que algo está cambiando, de que existe una necesidad imperiosa de dejar atrás la situación que llevan soportando, pero no son capaces de entender, de explotar todas las posibilidades que se les abren con la aceptación de la democracia, por ende, es fundamental que se les eduque, ya no sólo a ellos, sino a las futuras generaciones quienes van a ser las que decidan si merece la pena vivir bajo el yugo de la dictadura o comenzar a forjar un nuevo futuro con la democracia como referente, formados en lo que ello supone, conocedores de sus derechos y sobre todo de sus deberes para con su nación.

No cabe pues, una imposición democrática, es decir, ofrecerles un modelo concreto, ya que cada país, cada persona, cada cultura, es diametralmente distinta y hay que permitir que cada pueblo experimente y la viva en función de sus propias necesidades, teniendo, eso sí, la ayuda, el consejo, la experiencia, de aquellos que llevan décadas, siglos, viviendo bajo esta forma de gobierno democrática. No hay que renunciar a ello, no hay que rendirse mientras quede una opción para disfrutar de ello, pero empezando por lo más básico, por la educación, por formarles en la conciencia democrática. Que lo que estos países puedan lograr sea ejemplo para el resto de naciones que aspiran a vivir en democracia.

Sería una necedad pretender que el pueblo no puede cometer errores políticos. Puede cometerlos, y graves. El pueblo lo sabe y paga las consecuencias; pero comparados con los errores que han sido cometidos por cualquier género de autocracia, estos otros carecen de importanciaYa lo decía J.F. Kennedy: “La democracia es una forma superior de gobierno, porque se basa en el respeto del hombre como ser racional”.

NOSOTROS Y ELLOS



Álvaro Díez Cárcamo
D.E.A. Historia Contemporánea


En unos días se celebrarán en nuestra Comunidad Autónoma elecciones para elegir a los alcaldes, concejales y diputados de nuestra región y, no hay que olvidar, estamos hablando de elecciones en La Rioja, no se trata, pues, de una consulta electoral general, a nivel nacional, ni es, por lo tanto, una prueba para intentar probar el ansia de los ciudadanos españoles por ese supuesto cambio de gobierno que, un partido político concreto, se hace eco día sí, día también de su necesidad. En esta consulta lo que debe de primar es el interés de nuestra región, de esta, nuestra comunidad autónoma, de sus ciudadanos, independientemente de su signo, ideología política, por encima de pretensiones personales, de gobiernos eternos o de sumisión a intereses de esta tierra, que debe de saber vivir más allá del vino y de la lengua, iconos de una región, pero no los únicos, por más que algunos se empeñen en ocultar las grandezas y posibilidades que esta comunidad puede ofrecer.

Lo que parece claro en estos días de campaña electoral es que se pierden mucho las formas. Se recurre al insulto, a faltar al respeto, a la descalificación de las personas y, por ende, de todos los ciudadanos que, en esta forma de gobierno que llamamos democracia, hemos designado a aquellos que pensamos van a velar por nuestros intereses, no por los de un signo o color político concreto. No existe un intercambio de opiniones ni de ideas, no hay debate público sobre propuestas, quizás por miedo al oponente, quizá por que esas ideas no existan y lo más sencillo sea menospreciar al rival, alterar a los votantes haciendo ver que el mal son los otros y que su partido es el llamado a solucionar los problemas. Cuan ciegos estamos muchas veces los ciudadanos.

Uno de los valores principales de la democracia es la alternancia política, tan necesaria como la validez de sus políticos y la transparencia de sus actos. No hay que escudarse en que uno está en el poder por los votos de los ciudadanos, ya que los intereses de esos votantes no son los mismos cada vez y hay que oxigenar el gobierno, dando paso a nuevas ideas, nuevas formas de entender el mundo global en el que vivimos, que evoluciona casi minuto a minuto y que poco o nada tiene que ver con el de hace 20 años. Sin esa alternancia la sociedad se estanca, se convierte en apática, no participa, pues carece de la emoción de un posible cambio, lo que nos lleva a no evolucionar, a contentarnos con lo que tenemos. Eso debe de cambiar, es necesario avanzar, por y para todos, eso es una máxima que debe de estar presente en la ideología de cualquier político, se gobierna para todos los ciudadanos, aunque eso signifique una pérdida de votos de los suyos, pero debe primar el interés global por encima del personal.

No es lo mismo gobernar durante 20 años, incumplir promesas o dar palabra de cosas que luego no se hacen, ya que ha habido tiempo de sobra para poder hacerlo. Cuatro años de legislatura es poco tiempo para hacer realidad algunos de los compromisos que se ofertan en la campaña electoral, más aún, cuando no se cuenta con el apoyo del principal grupo de la oposición, más pendiente de criticar lo que se hace o no se hace que de ofrecer alternativas, pensando en los votos de los suyos antes que en el bienestar de todos. Eso tendría que ser inviable e incomprensible en nuestra sociedad pero es la realidad con la que vivimos.

Hay que dar margen a los políticos para que puedan cumplir con sus promesas y, en el caso de que en dos legislaturas, tiempo suficiente para que se puedan desarrollar sus propuestas, éstas no se hayan cumplido o se hayan sustituido por otras, entonces, la grandeza de la democracia, a través de estas consultas, permitirá sustituirles por otros o darles un mayor margen de maniobra. Pero los políticos deben de poner de su parte, acercarse a los ciudadanos, escuchar sus propuestas, oír sus quejas, velar por sus intereses, anteponer el interés general por encima de consignas, idearios o siglas políticas.

El día 22 de mayo los riojanos tenemos esa posibilidad. Valorar lo que se ha hecho, obviando publicidades y panfletos catastrofistas, que juegan con la idea del miedo como un recurso para obtener el voto, obviando sus propuestas, crucificando al otro y apareciendo como el único salvador de los males de la Comunidad. Quizá un voto de confianza y un cambio de signo sean, ahora, más que nunca necesarios. Dar paso a nuevos enfoques y permitir que lo que se empezó hace 4 años pueda continuar, ya que es la única forma de poder ofrecer cierto margen de serenidad y tranquilidad, pues los cambios continuos de gobierno son síntomas de debilidad y de falta de confianza, lo que genera apatía y una sociedad poco participativa.

Como dice el comienzo de una canción de Warcry: “Una boca y dos oídos no les parece señal, lo primero es escuchar y luego hablar, empecinados en que sólo debe haber una opinión, el primero de los sentidos es la razón (…)”. No olvidemos las palabras del profeta Mahoma: "Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro".