"(...) Y AHORA, LA ULTIMA IMAGEN: EN EL PUÑO UNA ROSA; EL PUÑO PARA EL COMBATE, LA ROSA PARA LA FELICIDAD"



25/12/10

EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI


Tras la caída del Muro de Berlín, muchos pusieron en duda la pervivencia del llamado socialismo real y hoy, a principios del siglo XXI, el futuro del socialismo queda en entredicho. Tras ese acontecimiento se han reforzado los argumentos de que el socialismo no puede existir, ni en el mundo presente, ni como ideal. Aunque era necesario celebrar el fin de la Unión Soviética, como estado autoritario, su caída, y su fracaso significó un gran revés para el socialismo, ya que la idea de esa sociedad basada en la igualdad podía ser algo más que un sueño.
Lo que ocurre es que nuestro código para interpretar la realidad es diferente, es un código que ha sido heredado de una sociedad distinta y que eso es un impedimento y una dificultad añadida para encajarlo en la compresión de esta nueva sociedad. Tendemos a confundir una ideología con una coraza, la cuál nos protege ante la falta de ideas existentes, y que tras ese discurso lleno de ideas utópicas, no hay nada.

Un problema clave para los socialistas de nuestros días es el de la moral: mantener un punto de vista objetivo, entender cuán breve es el espacio de unos años para la historia humana, recordar cuán continua ha sido la lucha de la humanidad contra la desigualdad y la injusticia y darse cuenta de lo duraderos que son los problemas que viene planteando el ideal socialista desde hace doscientos años. Quienes con trompetas y tambores han proclamado la victoria definitiva del capitalismo, o el fin de la historia, revelan sólo su propia visión de la realidad, su propia miopía. Quizá haya ganado el capitalismo, pero sin duda es demasiado pronto para decirlo.

El socialismo se ha planteado como una posible solución a la llamada «democracia deliberativa», es decir, aquella que se plantea pensar y diseñar el futuro en el umbral de una nueva época, la de la revolución tecnológica. El problema de la universalización del capitalismo liberal ya no es un fantasma que se cierne sobre el futuro, sino un hecho que se impone en estos momentos. En el actual discurso socialista se mezclan valores como la democracia, la solidaridad, igualdad, utopía y razón, junto con la necesidad urgente de contemplar la nueva realidad con una nueva mirada para poderla comprender.

El socialismo en el siglo XXI tiene que ser, en primer lugar, democracia. Si no se alcanza esta máxima, difícilmente se puede llamar uno socialista. Además, se debe ser solidario, dejar de mirarse al ombligo, de ser socialista en un primer mundo, y dedicar energías a trabajar por el cuarto mundo y por los países en vías de desarrollo.

Lo primero que se debe de mantener, de cara al futuro, es lo que se ha logrado hasta ahora, por ejemplo, el Estado social, los servicios públicos, la redistribución de la riqueza, el mantener las oportunidades abiertas para la gente a través de la educación, cubrir el desempleo. No se pueden reducir las desigualdades en el mundo, no se pueden afrontar los enormes desafíos medioambientales, o no se puede organizar un diálogo entre culturas y civilizaciones, si no existen instituciones que representen a los ciudadanos y que traspasen las fronteras del Estado-nación.

Vivimos en el mundo de la globalización, donde las fronteras desaparecen y los problemas que se nos plantean vienen desde una perspectiva supranacional, desde el medio ambiente hasta la inmigración, sin olvidar el terrorismo, el reforzamiento del Estado del Bienestar. Por eso, uno de los desafíos del socialismo del siglo XXI es el de extender este modelo de democracia y de sociedad política, de ciudadanía, no sólo en los estado democráticos europeos, sino expandirlo a un ámbito global, a un ámbito mundial.

Las señas de identidad propias del socialismo originario son las mismas que deben de mantenerse en estos momentos: la emancipación de los seres humanos, la no dependencia de los seres humanos entre unos y otros, que se posea una función equilibrada, igualitaria de la sociedad y del ser humano.

Lo más importante es que, enfrentándose al pesimismo y a los mensajes catastrofistas que proliferan en estos momentos, se permita llegar a la conclusión de que la esperanza es todavía posible. Existen muchas razones para creer que, como dijo Marx, la historia humana real aún no ha empezado.

Para acabar, esta frase de Henry Geoge (inspirador de la filosofía y la ideología económica conocida como georgismo): "El socialismo no es en modo alguno el enemigo de la civilización. Lo único que quiere es extender la civilización a toda la humanidad. Bajo el capitalismo la civilización es el monopolio de una minoría privilegiada».

3 comentarios:

IBE dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
CHEMA BUZARRA dijo...

Me alegra leer este artículo el cual da para hacer muchas reflexiones y aquí y ahora hay que medir el espacio. Estoy totalmente a favor de la opinión que expones sobre la DEMOCRACIA a desarrollar y consolidar. Es más, algunos afiliados al PSOE creemos en las primarias como instrumento participativo interno y quién sabe si algún día por Ley, aunque visto lo que está pasando con la L de Partidos en el Congreso d elos Diputados....Entiendo que PP y mi partido andan ciegos cuando miran al futuro. Otra de las cuestiones que muchos sociólogos y ciudadanos como el que te escribe es la interreacción entre le político y el ciudadano. No es suficiente ver a los primeros en un cara a cara televisivo (cada vez es más espectáculo mediático), mítines..etc. Se necesita poder "tocar" al representante elegido en las urnas y poder decirle las cosas cara a cara. Y finalmente me preocupa el presente del PSOE y de la construcción d euna sociedad socialista, visto que ZP ha asumido los planteamientos de los socioliberales que le rodean mandando al carajo algo cada vez más a respetar. Me refiero a la coherencia del discurso que anima a la sociedad y la acción posterior que en muchas ocasiones se parece muy poco.

IBE dijo...

Bienvenido a la blogosfera compi., un placer tenerte en este lugar de debate y de intento de formar a esa gran parte de la militancia desideologizada y perdida. Aquí te seguiremos, mirando de cerca el panorama político de nuestro tiempo.

Un blog muy ecologista y fresco o refrescante. Me gusta.

Un abrazo. Ánimo en la aventura.